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La presencia de Dios se aleja de Jerusalén

22 Los cuatro seres con apariencia extraña extendieron sus alas y se llevaron sus ruedas. Entonces el gran resplandor de Dios, que estaba encima de ellos, 23 comenzó a alejarse de Jerusalén, y se detuvo sobre el cerro que está al este de la ciudad.

24 Mientras yo veía todo esto, una fuerza dentro de mí me levantó y me llevó a donde estaban los que habían sido llevados prisioneros a Babilonia. Cuando esta visión terminó,

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